jueves, 9 de abril de 2015

Educar, enseñar y aprender



El título de este post alude a tres conceptos que parecen fáciles de definir pero que en realidad son mucho más complejos de lo que creemos. Desde un punto de vista superficial, siempre pensamos que educar es proporcionar unas habilidades a una persona para que tenga una determinada formación de acuerdo con la cultura y normas de convivencia de la sociedad en la que vive; enseñar se podría resumir en transmitir unos conocimientos, y aprender significa que el alumno absorbe esos conocimientos y los aplica a la práctica de manera satisfactoria.

Esta concepción que tenemos sobre educar, enseñar y aprender (junto con otras muchas cosas, por supuesto) es lo que quizás ha definido en algunos aspectos el sistema educativo en el que vivimos inmersos. Así, como bien dice nuestro profesor David Herrero en su último post titulado Viva la manía de pensar, hay una variedad inmensa de sistemas educativos porque también existen distintas percepciones sobre aprender; pero entonces, ¿cuál es el sistema correcto?

En relación a esto, en la asignatura hemos analizado diferentes modelos educativos que parecen tener éxito: los colegios jesuitas de Cataluña, Finlandia....  Esto me hace pensar que si el ser humano está en constante evolución, el mundo se transforma, la economía cambia y la ciencia avanza, ¿por qué nuestra educación no parece que avance hacia esa dirección?, ¿por qué no conseguimos un sistema educativo de mejor calidad?

Quizás la respuesta está en la sociedad y, como he dicho antes, en la percepción que tenemos sobre enseñar y aprender. Los jesuitas han sustituido las asignaturas, los exámenes y los horarios por proyectos comunes que se realizan en espacios de trabajo; los finlandeses llevan años apareciendo en los primeros puestos de PISA y ahora han anunciado una reforma para adaptarse al mundo moderno enseñando a los alumnos por temas de estudio y situaciones prácticas. 

Tanto el nuevo modelo de enseñanza de los colegios jesuitas de Cataluña como los cambios en Finlandia me parecen muy interesantes, ya que fomentan que los alumnos piensen por ellos mismos y que se den cuenta de la utilidad de los conocimientos que adquieren; de hecho, y rememorando las clases de didáctica del primer cuatrimestre, estas metodologías me hacen recordar los principios pedagógicos de Tolstoi que llevó a la práctica en su escuela Yasnáia Poliana allá por 1859, y que luego tuvieron influencia en la Escuela Nueva: libertad, individualidad, trabajo cooperativo...

¿Algo así no funcionaría en nuestro país? ¿Nadie que tenga el poder de cambiar esto se lo plantea? Para este caso, creo que la respuesta la encuentro en la archiconocida frase de Albert Einstein: "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo". 

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